Volver al sitio

¡Te gira la ardilla!

Las ardillas se caracterizan por la velocidad a la que se mueven. Quizás sea por eso que alguna persona, creativa y observadora, las asoció con nuestra mente dándoles una nueva alternativa para habitar.

Estos simpáticos animalitos los encontramos en todos lados: en películas animadas, en documentales, en nuestro patio trasero, en las montañas. Son veloces, yendo a veces en una dirección definida y otras escapando de lo que consideran un posible peligro.

Pensar que en mi mente habita una ardilla que la hace funcionar me ha resultado excelente para escuchar, entender y calmar las cosas que pasan en mi cerebro cuando se me descontrola. Tanto que al compartir la idea con varios amigos he logrado que se interesen por conocer a su ardilla.

La forma de vida actual es rápida, física y mentalmente. Constantemente estamos pensando, recordando, planeando. Es como si viviéramos en un maratón mental que nunca termina…y del que nunca descansamos.

Cuando no le damos descanso a nuestra mente, nos es difícil encontrar las soluciones y poner en correcta perspectiva los eventos que vivimos.

Las ardillas hiperactivas dejan de ser los amigos simpáticos con los que podemos jugar y divertirnos. Les salen colmillos y nos van comiendo la cabecita haciendo que perdamos la calma ¿Cómo te das cuenta de esto?

Aparecen entonces sentimientos o padecimientos como ansiedad, insomnio, culpas, remordimientos, errores, dudas. Estos son los indicadores que tu mente está llegando al límite.

Si los padecimientos son extremos, por favor busca ayuda profesional. Este artículo va dirigido a manejar situaciones de menor magnitud, con sugerencias que pueden evitar que llegues a crisis mayores.

La vida no se detiene, pero nosotros podemos darle un respiro. He conocido personas extremadamente ocupadas, desde mamás con trabajo e hijos hasta dueños de empresas y gente con agendas realmente impresionantes, que son dignos de admiración por su facilidad de ir por la vida con una sonrisa, un chiste y una claridad mental a prueba de todo.

A continuación les menciono algunas de las características que observé en ellos, que puse en práctica en mí y que he compartido con otras personas obteniendo buenos resultados.

Conoce a tu ardilla. Aprende a reconocer qué situaciones te roban la calma, qué temas son los que te quitan el sueño. No podemos trabajar con lo desconocido.

 

En la medida que “veas” lo que te inquieta te darás cuenta que quizás no son tantos problemas como imaginaste, o que no son tan complicados de resolver.

 

Presiona el botón de re-encendido. La mente, una vez echada a andar, puede seguir hasta que se sobre calienta, parecido a los aparatos electrónicos que se quedan congelados sin hacer nada, la recomendación general es apagarlos y encender nuevamente. Entre esos dos momentos, el aparato se “relaja”, reordena y es muy probable que vuelva a funcionar normalmente.

 

Prepara una taza de tu bebida preferida, disfrútala, relájate esos 10 o 15 minutos sin pensar en nada, solo en tu taza. Sal a dar una caminata, levántate y estírate, respira, pon una canción que te guste. Cambia de panorama, reorganiza tu mente y verás las cosas con diferente ánimo.

 

Respira. Hay cantidad de estudios que te hablan sobre los beneficios de la buena respiración, puedes googlear sobre el tema si te interesa conocer más detalles.

 

Si sientes llegar un ataque de ansiedad, si la tensión comienza a apretarte respira profundo 3 veces. El oxígeno extra que entra a tu sistema automáticamente te relajará, y aclarará tu mente.

 

Habla. No tengas miedo de hablar, busca a alguien que te inspire confianza y que sepas puede darte un buen consejo. Compartir lo que te preocupa aliviará el peso, y conseguirás una perspectiva fresca de las cosas.

 

Descansa. El descanso y la calma los confundimos con pereza, desinterés y cualquier otro sinónimo de lo que consideramos una actitud poco productiva en nuestra vida.

 

Cada persona es diferente, para algunos el descanso es poder despertarse más tarde los fines de semana, para otros una salida con los amigos y hacer algo divertido y para otros más será una tarde tranquila leyendo 3 páginas de su libro favorito o viendo una película en Netflix.

 

Cuando la mente está cansada y sobre cargada, no solo afecta la capacidad para percibir lo que pasa en tu vida, también afecta al cuerpo, pues es medio de expresión de la mente. Te enfermas más, te pasan accidentes, te dan alergias o migrañas.

 

Todo lo que te preocupa hoy tiene una solución que está a tu alcance. Solo necesitas relajarte para que surja en tu mente.

¿Ya sabes a qué velocidad gira tu ardilla?