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¿Cómo sobrevivir a la cuarentena en cuatro pasos?

Si tienes las opciones puedes conectarte a Netflix, o a cualquier otro sitio parecido, para ver series y películas sin parar. O quizás te dedicas a las “res”: revisar, reorganizar y reparar cosas en tu casa. Pero cuando terminas las tareas, o te aburres de tanta serie o la realidad simplemente te cae encima y te agobia, ¿qué hacer entonces?

Esta experiencia de cuarentena, o aislamiento social, parece algo sacado de alguna película que se ha convertido en realidad, y que para la mayoría de nosotros se siente poco natural, bastante incómoda y solo estamos llevando una cuenta regresiva mental deseando que termine.

Mientras esto llega, nos sentimos sofocados, aburridos, desesperados. Después de un par de semanas, nuestras emociones y nuestro cerebro comienzan a jugar en contra y no sabemos ya qué hacer. Nos preocupamos por cosas que no está en nosotros resolver, mientras que lo que sí podemos resolver se siente abrumador.

Entre todas las sugerencias, charlas motivacionales, autorreflexiones guiadas, meditaciones, conversaciones con otras personas, lecturas de diferentes sites y lecciones de maestros en temas de psicología, autoestima y espiritualidad, he podido sacar estas 4 sugerencias como las más repetidas y practicadas. Principalmente las he tomado de personas que veo que están llevando de manera muy ecuánime esta etapa, ya sabes... practica lo que enseñas.

  • No veas la cuarentena como cuarentena. Mentalmente cambia el nombre y dale un propósito.

Para la mayoría de nosotros las palabras tienen un impacto muy fuerte, pues las asociamos con sentimientos y experiencias que hemos vivido, o bien con conceptos que son muy poderosos y que nos tocan alguna fibra emocional.

Por ejemplo, la palabra “inyección” en algunos casos hace que las manos empiecen a sudar y el corazón a latir ante la “inminente” amenaza de que alguien venga a inyectarte.

Otro ejemplo es si alguien grita “fuego” dentro de un espacio cerrado, o “bomba” adentro de un avión. Para ser sinceros muy pocas personas, si no es que ninguna, se quedaría sentada o tranquila ante tal “amenaza”, que puede no ser real pero la mente ya la ha creado.

La palabra cuarentena o aislamiento la asociamos con la consecuencia final negativa de una enfermedad, y no con la parte positiva de cuidado, prevención o cooperación. ¿Con qué asocias esta palabra? ¿Qué otra asociación podrías darle que sea más constructiva? ¿Cómo te hacen sentir esas asociaciones?

Por otro lado, darle un propósito o un significado personal a esta etapa nos ayuda a contrarrestar la sensación de que no estamos haciendo nada.

Este propósito puede ser desde algo muy personal y profundo como conocerte mejor, pasando por propósitos prácticos como finalmente terminar los pendientes que tenías en tu casa, hasta propósitos más globales como lo es el ayudar a prevenir los contagios y protegerte a ti y a los tuyos.

  • Qué ventajas puedes sacar de estar en cuarentena. ¿Tu vaso está medio lleno o medio vacío?

No importa la situación que enfrentes, tu percepción de ella afectará la forma en que la ves.

No te dejes llevar por cada detalle de las noticias, o por todo el contenido de las redes sociales. Aprende a escucharte a ti, a decidir por ti y para ti. Observa qué sientes tú, qué cosas puedes y quieres hacer tú para procurarte un mejor entorno.

¿Qué ventaja puedes sacar de esta etapa? Más tiempo para ti y los tuyos, espacio para cultivar tu lado creativo, el momento de silencio que tanta falta te hacía, desarrollar ese nuevo proyecto que habías dejado a medio hacer…

Hay situaciones en las cuales no tenemos ningún tipo de poder directo. Pero hay otras en las cuales tenemos todo el poder para cambiarlas y manejarlas. Busca dónde reside tu poder y has algo con eso.​

Por ejemplo, yo no puedo estar en la línea directa de combate contra este virus, pero sí puedo escribir y transmitir la experiencia de otros y la mía con el deseo de ayudar a ver las cosas de manera más ligera y mejorar el ánimo de todos.

No puedo hacer que mi familia no se preocupe, pero sí puedo mantenerme yo en calma y con un buen ánimo y energía para transmitirlo a ellos. ¿Ves? Tú tienes el poder de hacer algo, ¡busca tu poder!

  • Paciencia, paciencia, paciencia. ¿Qué tan bien puedes relacionarte con la incertidumbre en la vida?

Nadie sabe cuándo la ola va a pasar. Las mismas personas trabajando en esto tampoco tienen el mapa completo. Lo único que todos tenemos claro es la incertidumbre de las cosas en este momento.

La vida tiene muchos momentos así, y nos requiere de mucha paciencia con la situación, con el proceso y con los resultados que se van a obtener. No todos fuimos bendecidos con este don, así que para muchos es algo en lo que debemos trabajar constantemente.

Una de las cosas que ayuda aumentar nuestras reservas de paciencia es conocer nuestra relación con la incertidumbre y nuestra capacidad de cooperar y fluir con la realidad.

¿Cómo llevas aquellas cosas en las cuales no tienes idea del resultado y que tampoco puedes controlar totalmente? ¿Sientes miedo, te rebelas, insistes en forzar un resultado específico? ¿O buscas qué puedes hacer con lo que tienes, viviendo aquí y ahora, no en un posible futuro que aún no sabemos siquiera si va a llegar?

  • Ocúpate, ponte creativo, ríe.

Lo peor que puedes hacer en situaciones como esta es no hacer. Mantenerte ocupado te hace sentir productivo, al sentirte productivo tu ánimo mejora y evitas que tu mente se vaya a lugares que no aportan a tu bienestar.

Reír es la mejor medicina para todo, bien lo reza la sabiduría popular. Reír oxigena el cuerpo, aligera las cargas y te da ánimos para seguir. Busca cada día algo que te haga reír, no tiene que ser a carcajadas – si se puede mucho mejor-, algo agradable que te haga respirar hondo y ponga una sonrisa en tu rostro.

Aquí es donde entra la creatividad, inventa actividades, inventa juegos intenta hacer algo nuevo que rete tu destreza y tu mente, y si no te sale bien no importa, ríete y continua.

Bono extra

Aunque intentes todo esto, y deseo que estos tips te ayuden, vas a tener momentos en donde te vas a cansar y a desesperar.

Es normal, todos los vamos a tener, nada de lo que hacemos tiene un principio y un fin definidos, nuestra vida y la naturaleza es cíclica. Lo que toca hacer es volver a empezar, sin resentimientos, sin reclamos, sin juicio solo volver a empezar. Y recuerda:

Si la vida te da limones… has limonada… ¡o una margarita si tienes tequila a la mano!